Se trata de los paisajes que ocupan la mayor parte del territorio valenciano, pues una gran parte de éste ha sido antropizado durante siglos mediante la práctica de usos agrícolas. Los imperativos de una agricultura comercial, respuestas a la evolución de la oferta y de la demanda, frecuentemente internacional, así como las condiciones físicas de nuestro territorio (climáticas, hídricas, geológicas, geomorfológicas), han configurado una amplia diversidad de paisajes agrarios. La trilogía mediterránea ha ido dando paso a cultivos adaptados a los mercados nacionales e internacionales.

Los paisajes vitícolas del Alto y Medio Vinalopó
Dos manchas de verdor en un medio árido

Los Olivos del Maestrat
Un austero paisaje mediterráneo

Tierras del vino de Requena-Utiel
La meseta valenciana con denominación de origen

La Citricultura de la Plana
Un mar de naranjos inundando la llanura litoral

Terres dels Alforins
Viñedos, bodegas y vinos

El Arrozal de la Ribera
Un ciclo de variaciones sobre el mismo paisaje

El Algarrobal del Piedemonte valenciano
Un cultivo tradicional arrinconado por los grandes regadíos

Bancales de Callosa d’En Sarrià
Paisaje de nísperos entre el Guadalest i el Algar

El Norte valenciano
Muros de piedra sobre piedra

El Almendral de las Hoyas alicantinas
Un paisaje materia prima del afamado turrón